21 Jan El Cosmos de Acero Dulce de Blanca Muñoz
Los grabados de Blanca Muñoz (Madrid 1963), Premio Nacional de Grabado en 1999 exploran los límites del mundo bidimensional desde los tiempos de becaria en Roma para llegar al trazado tridimensional de sus esculturas en acero dulce, una aleación metálica inoxidable, porosa, barata y muy consistente. Desde que llegó a México, donde descobrió este material, que se utiliza para las cañerías Blanca ha trabajado para construir su particular Cosmos.
Forzó tanto aquellas planchas de acero mexicanas que acabó replegándolas sobre sí mismas, retorciéndolas hasta encontrarse con el volumen, con la escultura y ocupar el espacio para adquirir las múltiples formas en las que puede comportar dicha materia en su estado natural, con sus particulares reacciones con el medio, ya sea líquido, sólido o gaseoso. Por eso todas esas figuras, geometrías con curvas imposibles, aparecen al espectador como elementos flotantes, extrañados de sí mismos, solitarios, livianos, ingrávidos.
“Mi obsesión es el espacio”, dice Muñoz minutos antes de la inauguración de la muestra. “Y luego conseguir esa limpieza, no forzar al material, dejar que hable por sí mismo y que la escultura obedezca a su necesidad hasta sorprenderme”.
Su exposición Circunnavegación 1990-2013 en la Sala Alacalá 31 de Madrid es un viaje espacial en forma de retrospectiva.
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